Puntos Iniciales y Normas Programáticas
En el Blog Falange Española Digital se ha presentado de manera escueta, clara y sencilla lo que podría ser la actualización del pensamiento falangista. Esto es debido a que los mecanismos de representación orgánica definidos en 1933, 1934 y posteriores han quedado completamente desfasados para cualquiera que tenga ojos y vea.Esto es así porque "familia, municipio y sindicato", aunque fundamentales, no son sino tan solo una parte de "las circunstancias del hombre".
No obstante la historia de Falange Española y de las JONS es un legado apasionante que debe ser preservado y divulgado.
Legado en ocasiones intelectual y sesudo y en otras digno de un guión cinematográfico de aventuras a lo Douglas Fairbanks o Errol Flyn, como es el caso de las JONS (pero con camisa en vez de mallas verdes).
Programa Político de las JONS, Mayo 1933 (En negrita)
El programa de 1933 de las JONS de Ramiro Ledesma Ramos es una copia poco original del Fascismo, con algunas influencias anarcosindicalistas y nada más, que propone soluciones extremas para una situación moral y económica dramática.
Con Pucherazo. Pero al final ganaron las izquierdas... |
Redactado por un Ramiro indignado y muy cabreado. Por lo menos nueve puntos hablan fundamentalmente de "Castigo"
El Nacionalsindicalismo quiere:
1. La rotunda unidad de España.
2. Imponer a las personas y a los grupos sociales el deber de subordinarse a los fines de la Patria.
Nótese que no dice "al Estado" sino al bien de la Patria.
3. Máximo respeto para la tradición religiosa de nuestra raza.
Sin decantarse por la confesionalidad del Estado.4. Expansión imperial de España y política nacional de prestigio en el extranjero
5. Sustitución del régimen parlamentario español por uno de autoridad, que tenga su base en el apoyo armado de nuestro partido y en el auxilio moral y material del pueblo.
Punto 100% inspirado en el Fascismo Italiano.
6. Ordenación racional y eficaz de la administración pública.
7. El exterminio y la disolución delos partidos marxistas, considerándolos antinacionales y traidores.
8. La acción directa del partido.
9. La sindicación obligatoria de todos los productores, como base de las corporaciones hispanas de trabajo, de la eficacia económica y de la unanimidad social española que el Estado Nacionalsindicalista afirmará como su primer triunfo.
Al igual que el Fascismo y el nacionalsindicalismo portugués, la primera versión de Ramiro es una variante hispana del Corporativismo Católico, que posteriormente fue desechada del pensamiento falangista Joseantoniano al evolucionar este en dirección al Cooperativismo.
10. El sometimiento de la riqueza a las conveniencias nacionales; es decir, a la pujanza de España y a la prosperidad del pueblo.
11. Que las corporaciones económicas y los sindicatos sean declarados organismos bajo la especial protección del Estado.
Otro punto basado en el triunfo real del Corporativismo Fascista en Italia.
12 Que el Estado garantice a todos los trabajadores españoles su derecho al pan, a la justicia y a la vida digna.
13. El incremento de la propiedad comunal y familiar de la tierra. Lucha contra la propaganda antinacional y anárquica en los campos españoles.
Para los anarquistas la zanahoria y el palo.
14. La propagación de la cultura hispánica entre las masas.
Algo que es muy necesario hoy en día.
15. El examen implacable de las influencias extranjeras en nuestro país y su extirpación radical.
Parece referirse tanto a la explotación de los recursos naturales y mineros por otros países como a la intervención política pagada por la URSS y otros.
16. Penas severísimas para aquellos que especulen con la miseria y la ignorancia del pueblo.
17. Castigo riguroso para aquellos políticos que favorezcan traidoramente la desmembración nacional.
Punto de rigurosa actualidad.
18. Que los mandos políticos de más alta responsabilidad sean confiados, de un modo preferente, a la juventud de la Patria; es decir, a los españoles menores de cuarenta y cinco años.
Esto supone la entrega del poder a gente sin formación humana ni experiencia vital con el fin de materializar un cambio verídico de la sociedad. Ignora el hecho, demostrado por la historia, de lo fácil que es cambiar una sociedad a peor y contradice a todas las civilizaciones. En el lugar de Ramiro, un servidor, propondría como mejor solución el gobierno de personas de mediana edad.
¡Españoles: Cread Juntas para la defensa de este programa! ¡Ingresad en la disciplina de las J.O.N.S.!
Notablemente diferentes son los Puntos Iniciales de Falange Española redactados en el mismo año que hablan de amor y no de odio. Son Positivos y clarificadores:
Ordenanzas de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica 1931
Único resumen que se ha conservado.
Art.1º Se constituye la Junta Castellana de Actuación Hispánica.
Art. 2º Son principios fundamentales de actuación.
1º Nación.
La afirmación de España como Nación Una e Imperial obligada por su historia, y la capacidad de su cultura, a ser fuerte entre los demás pueblos, dando al Estado una estructura y pureza hispánica. Proclama la junta su veneración por las grandiosas tradiciones patrias y la comunidad de raza y destino con las naciones ibéricas de ultramar.
2º Justicia Social.
Los problemas sociales que la moderna organización del estado presenta, y particularmente la elevación intelectual, económica y moral del proletariado, deben resolverse por la intervención sistemática del Estado, para evitar la explotación del hombre por el hombre.
Rechaza la Junta la teoría de la lucha de clases. Todos los elementos que intervienen directamente en la producción, deben vivir en una armonía presidida por la justicia. Se declara la preferencia de la organización sindical corporativa protegida y regulada por el Estado, como sistema obligado de relación entre el trabajo y el capital y de uno y otro con los intereses nacionales de la producción. Se proscribe la intervención de organismos internacionales extraños al Gobierno de la Nación, como impulsores o directores del movimiento obrero español.
3º Región.
La reconstrucción de las provincias de Castilla y León. Se entiende por reconstrucción la mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento de la producción agrícola; la repoblación de los terrenos yermos o roturados en los que sea posible la repoblación forestal; y la dignificación de la vida rural, para el fortalecimiento autonómico de los municipios, la urbanización de las aldeas y villas, y la creación de las instituciones de beneficencia y cultura.
Art.3º Fines de Cultura.
a) En el orden cultural: promover y practicar estudios para la defensa de las ideas e intereses que constituyen los principios de la Junta. También cuidará de proporcionar a sus miembros educación ciudadana y cultura física para ser útiles a la nación en servicio de los mismos principios.
b) En el orden social: actuar mediante la propaganda y la creación de instituciones adecuadas, para que el trabajador español encamine sus actividades solidarias con independencia de las organizaciones de disciplina internacional.
c) En el orden político: intervenir, ya como partido político, ya como organización impulsora, en movimientos de propaganda, actuación política, y petición ante los poderes públicos, con la inspiración marcada por los aludidos principios del artículo 2º.
Art. 4. Esta Junta se dirigirá por un Triunvirato.
Tras la unificación de FE y JONS la cosa quedó así:
Los 27 puntos de La Falange Española de las J.O.N.S. 1934.
Inmediatamente después del primer Consejo Nacional de la Falange Española de las JONS, que se celebró en Madrid los dias 4, 5, 6 y 7 de Octubre de 1.934, José Antonio encargó a la Junta Política ( presidida por Ramiro Ledesma ), la redacción del programa definitivo de la Falange. El primer borrador lo hizo Ramiro Ledesma y posteriormente José Antonio lo modifica ligeramente para mejorar las formas y limar algunas expresiones. Lo que sigue es el texto definitivo.
NACIÓN. UNIDAD. IMPERIO
1. Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante tarea colectiva de todos los españoles. A la realización de esta tarea habrán de plegarse inexorablemente los intereses de los individuos, de los grupos y de las clases.
2. España es una unidad de destino en lo universal. Toda conspiración contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos.
La Constitución vigente, en cuanto incita a las disgregaciones, atenta contra la unidad de destino de España. Por eso exigimos su anulación fulminante.
3. Tenemos voluntad de Imperio. Afirmamos que la plenitud histórica de España es el Imperio. Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa. No soportamos ni el aislamiento internacional ni la mediatización extranjera.
Respecto de los países de Hispanoamérica, tendemos a la unificación de cultura, de intereses económicos y de Poder. España alega su eje espiritual del mundo hispánico como título de preeminencia en las empresas universales.
4. Nuestras fuerzas armadas—en la tierra, en el mar y en el aire—habrán de ser tan capaces y numerosas como sea preciso para asegurar a España en todo instante la completa independencia y la jerarquía mundial que le corresponde. Devolveremos al Ejército de Tierra, Mar y Aire toda la dignidad pública que merece y haremos, a su imagen, que un sentido militar de la vida informe toda la existencia española.
5. España volverá a buscar su gloria y su riqueza por las rutas del mar. España ha de aspirar a ser una gran potencia marítima, para el peligro y para el comercio.
Exigimos para la Patria igual jerarquía en las flotas y en los rumbos del aire.
ESTADO. INDIVIDUO. LIBERTAD
6. Nuestro Estado será un instrumento totalitario al servicio de la integridad patria. Todos los españoles participarán en él a través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará a través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema inorgánico, representación por bandos en lucha y Parlamento del tipo conocido.
7. La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles. Pero sólo es de veras libre quien forma parte de una nación fuerte y libre. A nadie le será lícito usar su libertad contra la unión, la fortaleza y la libertad de la Patria. Una disciplina rigurosa impedirá todo intento dirigido a envenenar, a desunir a los españoles o a moverlos contra el destino de la Patria.
8. El Estado Nacionalsindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el interés colectivo, y ano protegerá y estimulará las beneficiosas.
ECONOMÍA. TRABAJO. LUCHA DE CLASES
9. Concebimos a España, en lo económico, como un gigantesco sindicato de productores. Organizaremos corporativamente a la sociedad española mediante un sistema de sindicatos verticales por ramas de la producción, al servicio de la integridad económica nacional.
10. Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes, propicias a la miseria y a la desesperación. Nuestro sentido espiritual repudia también el marxismo. Orientaremos el ímpetu de las clases laboriosas, hoy descarriladas por el marxismo, en el sentido de exigir su participación directa en la gran tarea del Estado nacional.
11. El Estado Nacionalsindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre hombre, ni asistirá impasible a la dominación de la clase más débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clase, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica. Reprobamos e impediremos a toda costa los abusos de un interés parcial sobre otro y la anarquía en el régimen del trabajo.
12. La riqueza tiene como primer destino—y así lo afirmará nuestro Estado—mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos.
13. El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales, y la protegerá contra los abusos del gran capital financiero, de los especuladores y de los prestamistas.
14. Defendemos la tendencia a la nacionalización del servicio de Banca y, mediante las corporaciones, a la de los grandes servicios públicos.
15. Todos los españoles tienen derecho al trabajo. Las entidades públicas sostendrán necesariamente a quienes se hallen en paro forzoso. Mientras se llega a la nueva estructura total, mantendremos e intensificaremos todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes leyes sociales.
16. Todos los españoles no impedidos tienen el deber del trabajo. El Estado Nacionalsindicalista no tributará la menor consideración a los que no cumplen función alguna y aspiran a vivir como convidados a costa del esfuerzo de los demás.
TIERRA
17. Hay que elevar a todo trance el nivel de vida del campo, vivero permanente de España. Para ello adquirimos el compromiso de llevar a cabo sin contemplaciones la reforma económica y la reforma social de la agricultura.
18. Enriqueceremos la producción agrícola (Reforma económica) por los medios siguientes:
Asegurando a todos los productores de la tierra un precio mínimo remunerador.
Exigiendo que se devuelva al campo, para dotarlo suficientemente, gran parte de lo que hoy absorbe la ciudad en pago de sus servicios intelectuales y comerciales.
Organizando un verdadero crédito agrícola, que, al prestar dinero al labrador a bajo interés, con la garantía de sus bienes y de sus cosechas, le redima de la usura y del caciquismo.
Difundiendo la enseñanza agrícola y pecuaria.
Ordenando la dedicación de las tierras por razón de sus condiciones y de la posible colocación de los productos.
Orientando la política arancelaria en sentido protector de la agricultura y de la ganadería.
Acelerando las obras hidráulicas.
Racionalizando las unidades de cultivo, para suprimir tanto los latifundios desperdiciados cuino los minifundios antieconómicos por su exiguo rendimiento.
19. Organizaremos socialmente la agricultura por los medios siguientes:
Distribuyendo de nuevo la tierra cultivable para instituir la propiedad familiar y estimular enérgicamente la sindicación de labradores.
Rendimiento de la miseria en que viven a las masas humanas, que hoy se extenúan en arañar suelos estériles, y que serán trasladadas a las nuevas tierras cultivables..
20. Emprenderemos una campaña infatigable de repoblación ganadera y forestal, sancionando con severas medidas a quienes la entorpezcan e incluso acudiendo a la forzosa movilización temporal de toda la juventud española para esta histórica tarea de reconstruir la riqueza patria.
21. El Estado podrá expropiar sin indemnización las tierras cuya propiedad haya sido adquirida o disfrutada ilegalmente.
22. Será designio preferente del Estado Nacionalsindicalista la reconstrucción de los patrimonios comunales de los pueblos.
EDUCACIÓN NACIONAL. RELIGIÓN
23. Es misión esencialmente del Estado, mediante una disciplina rigurosa de la educación, conseguir un espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma de las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la Patria. Todos los hombres recibirán una educación premilitar que les prepare para el honor de incorporarse al Ejército nacional y popular de España.
24. La cultura se organizará en forma que no malogre ningún talento por falta de medios económicos. Todos los que lo merezcan tendrán fácil acceso incluso a los estudios superiores.
25. Nuestro Movimiento incorpora el sentido católico—de gloriosa tradición y predominante en España a la reconstrucción nacional.
La Iglesia y el Estado concordarán sus facultades respectivas, sin que se admita intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional.
REVOLUCIÓN NACIONAL
26. Falange Española de las J.O.N.S. quiere un orden nuevo, enunciado en los anteriores principios. Para implantarlo, en pugna con la resistencia del orden vigente, aspira a la revolución nacional.
Su estilo preferirá lo directo, ardiente y combativo. La vida es milicia y ha de vivirse con espíritu acendrado de servicio y de sacrificio.
27. Nos afanaremos por triunfar en la lucha con sólo las fuerzas sujetas a nuestra disciplina.
Pactaremos muy poco. Sólo en el empuje final por la conquista del Estado gestionará el mando las colaboraciones necesarias, siempre que esté asegurado nuestro predominio.
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"El primer Congreso Ideológico era un proyecto que Diego Márquez diseñó dentro del plan de recuperación de la identidad, y que puso en marcha en los primeros momentos. Pero aquella ocasión de crisis no resultaba la propicia para la serena actualización ideológica, y el proyecto fue discretamente aparcado. Cuando la ilusión renovadora comenzó a dar paso al desencanto, la reacción de los dirigentes fue reactivar el Congreso Ideológico como una vieja promesa pendiente de cumplimiento. Mas continuaba sin ser el momento, y desde luego no eran aquellos los métodos. Lo que pudo ser una oportunidad trascendental de sosegado estudio se convirtió en una concatenación de reuniones asamblearias y seminarios desordenados que concluyeron con la redacción de unas ponencias definitivas, resumidas en 33 Afirmaciones Fundamentales que terminaron por no contentar a nadie."
Según Rafael Ibáñez Hernández.
Afirmaciones Fundamentales de FE de las JONS - Primer Congreso Ideológico Nacionalsindicalista. 1º de Octubre 1988.
ESPAÑA. UNIDAD. DESTINO UNIVERSAL
1. Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, dignificarla, elevarla y engrandecerla es el apremiante e ineludible quehacer colectivo de todos los españoles.
Concebimos a España como la síntesis de un proceso histórico, multitudinaro y multirracial, que al amparo de la luz del Humanismo Cristiano generó una empresa ecuménica.
2. Su unidad es el fundamento de su fortaleza y expresión real de todos los pueblos de genealogía hispana de la comunidad nacional. Las peculiaridades culturales e históricas de nuestras regiones se tendrán en cuenta como una de las bases del ordenamiento jurídico que tienda a fortalecer la integridad nacional; la que no se considerará completa hasta la incorporación de Gibraltar.
3. Consideramos que nuestro destino universal, nuestra misión hoy, es ser el testimonio de la transcendencia de los valores de la persona, traducidos en instituciones sociales consecuentes. Afirmamos nuestra solidaridad con todos los pueblos y en especial con los de estirpe hispánica: con los que construiremos una comunidad de convivencia, cultura e intereses económicos y técnicos.
4. Nuestras Fuerzas Armadas deberán ser tan capaces y numerosas como sea preciso para asegurar a España, en todo instante, su completa unidad, independencia y soberanía.
5. La base de nuestro sistema es el hombre como portador de valores eternos. La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores superiores. La defensa de la vida es la clave primera sobre la que han de asentarse estos valores. El Estado Nacionalsindicalista se compromete a su protección y defensa.
6. Nuestro Estado será un instrumento al servicio de la dignidad, libertad e integridad de España y de todos los españoles. La participación en las tareas del Estado se realizará a través de las unidades naturales de convivencia. Rechazamos el sistema de partidos políticos como cauce de representación pública.
7. La más alta magistratura del Estado será encarganada por quien, reuniendo las condiciones personales necesarias se haga digno de la elección popular, por cuanto significa de delegación de la autoridad personal, consecuente con la dignidad humana. Por tanto, el Estado Nacionalsindicalista adoptará la forma republicana.
8. Garantizamos la independencia de los órganos de la Justicia en el ejercicio de su misión, arbitrando las sucesivas instancias que protejan los derechos respectivos, especialmente mediante el Tribunal Supremo, al que consideramos órgano máximo de la Administración de Justicia.
ECONOMÍA. TRABAJO. LUCHA DE CLASES
9. Entendemos que es base de la Justicia social impedir el enriquecimiento de unos pocos mediante el empobrecimiento del pueblo, por lo que nuestro Estado nacionalsindicalista imputará las llamadas plusvalías de los procesos económicos a la capitalización de las estructuras empresariales y a la producción de utilidad consumible al menor costo, para que, mediante una economía eficiente, se active un sistema de demanda que garantice el pleno empleo y el derecho al trabajo.
10. Rechazamos el sistema económico capitalista, basado en la propiedad privada de los medios de producción, porque sigue comportando un método explotador. Por lo tanto, propugnamos su desaparición. Asimismo, nuestro sentido espiritual y nacional rechaza el marxismo por ser el creador de la dictadura comunista, cuyo sistema deshumanizado e injusto se traduce en el capitalismo del estado.
Estableceremos un régimen superador de ambos sistemas en el que la riqueza cumpla con el fin social de mejorar el nivel de vida del pueblo español, econociendo la propiedad familiar, comunal, sindical y cooperativa.
11. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clases y la anarquía en el trabajo, por cuanto todos los que intervienen en la producción nacional constituyen en la economía una auténtica comunidad de intereses y servicios.
El Estado nacionalsindicalista estimulará la iniciativa privada compatible con el interés colectivo.
12. Para nosotros el trabajo es la capacidad natural del hombre para traducir en bienes sus potencias físicas e intelectuales, que constituyen su propiedad privada básica. Entendemos por capital la riqueza acumulada en funciçón económica productiva.
13. Todos los españoles no impedidos tienen el derecho y el deber del trabajo. Nuestro Estado sostendrá dignamente a quien contra su voluntad se encuentre en paro, mientras dure esa situación, que se remediará a toda costa.
14. Propugnamos la socialización de los servicios de crédito, de forma que se redima a las empresas y a las personas de la usura del capitalismo financiero.
15. El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito de uso y disfrute para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales, y la protegerá contra todo tipo de abusos. La propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto ante los intereses generales de la Nación.
12. Para nosotros el trabajo es la capacidad natural del hombre para traducir en bienes sus potencias físicas e intelectuales, que constituyen su propiedad privada básica. Entendemos por capital la riqueza acumulada en funciçón económica productiva.
13. Todos los españoles no impedidos tienen el derecho y el deber del trabajo. Nuestro Estado sostendrá dignamente a quien contra su voluntad se encuentre en paro, mientras dure esa situación, que se remediará a toda costa.
14. Propugnamos la socialización de los servicios de crédito, de forma que se redima a las empresas y a las personas de la usura del capitalismo financiero.
15. El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito de uso y disfrute para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales, y la protegerá contra todo tipo de abusos. La propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto ante los intereses generales de la Nación.
AGRICULTURA. INDUSTRIA. SERVICIOS. ECOLOGÍA Y MEDIO
16. La tierra es un factor fundamental de la producción cuya propiedad pertenece por derecho natural a todos los que con su trabajo la hacen producir, por lo que su ordenamiento jurídico y realización económica estarán presididos por razones de eficacia, productividad y utilidad social. La Falange realizará la revolución agraria mediante la reforma social y económica del agro español con los medios precisos.
17. Dotaremos a las comarcas agrarias de instituciones docentes y culturales, además de cuantas industrias agropecuarias y de servicios puedan ser asentadas en ellas, con el fin de aportar alternativas laborales y complementos de rentabilidad que contribuyan al sentamiento de las poblaciones y a su desarrollo. Del mismo modo, serán creadas y estimuladas las instalaciones y actividades para el almacenamiento, elaboración, transformación y comercialización de los productos arícolas y ganaderos, poniéndolas al servicio y bajo la administración de las comunidades de agricultores y ganaderos integradas en el sistema nacionalsindicalista, invirtiendo preferentemente en ello los activos sociales y recursos generados por el campo.
18. El sistema de retribuciones al trabajo de la agricultura, la pesca y la ganadería será equivalente al de la industria y los servicios, estimulando y garantizando aquellas que impliquen mayor riesgo, productividad y creatividad.
19. No acrdaremos Tratado de ningún tipo que limite la producción de bienes o frutos que correspondan a la base natural de nuestra agricultura, pesca y ganadería, aunque pactaremos nuestra concurrencia a los mercados exteriores.
20. Promoveremos una política industrial que permita producir utilidad consumible de los bienes. Los intereses económicos de España prevalecerán sobre cualquier limitación surgida por nuestra pertenencia a organismos internacionales.
21. No consentiremos la especulación, entendida como encarecimiento intencionado de la oferta, ni se dejarán en manos privadas, nacionales o extranjeras, las decisiones de la política industrial, especialmente en lo referente a la extractiva.
22. El sector servicios se considera prestación obligatoria de la sociedad a los entes y personas, aunque sean de ejecución y administración privada, individual y colectiva, y regirán para sus fórmulas empresariales y gestión económica iguales principios que para el resto de los sectores productivos.
23. La protección del medio ambiente, su conservación y mejora son exigencias que deben ser atendidas por el Estado Nacionalsindicalista, promoviendo la legislación que impida su deterioro o destrucción. La investigación científica y la educación ecológica deben ser objetos prioritarios de la acción del Gobierno.
17. Dotaremos a las comarcas agrarias de instituciones docentes y culturales, además de cuantas industrias agropecuarias y de servicios puedan ser asentadas en ellas, con el fin de aportar alternativas laborales y complementos de rentabilidad que contribuyan al sentamiento de las poblaciones y a su desarrollo. Del mismo modo, serán creadas y estimuladas las instalaciones y actividades para el almacenamiento, elaboración, transformación y comercialización de los productos arícolas y ganaderos, poniéndolas al servicio y bajo la administración de las comunidades de agricultores y ganaderos integradas en el sistema nacionalsindicalista, invirtiendo preferentemente en ello los activos sociales y recursos generados por el campo.
18. El sistema de retribuciones al trabajo de la agricultura, la pesca y la ganadería será equivalente al de la industria y los servicios, estimulando y garantizando aquellas que impliquen mayor riesgo, productividad y creatividad.
19. No acrdaremos Tratado de ningún tipo que limite la producción de bienes o frutos que correspondan a la base natural de nuestra agricultura, pesca y ganadería, aunque pactaremos nuestra concurrencia a los mercados exteriores.
20. Promoveremos una política industrial que permita producir utilidad consumible de los bienes. Los intereses económicos de España prevalecerán sobre cualquier limitación surgida por nuestra pertenencia a organismos internacionales.
21. No consentiremos la especulación, entendida como encarecimiento intencionado de la oferta, ni se dejarán en manos privadas, nacionales o extranjeras, las decisiones de la política industrial, especialmente en lo referente a la extractiva.
22. El sector servicios se considera prestación obligatoria de la sociedad a los entes y personas, aunque sean de ejecución y administración privada, individual y colectiva, y regirán para sus fórmulas empresariales y gestión económica iguales principios que para el resto de los sectores productivos.
23. La protección del medio ambiente, su conservación y mejora son exigencias que deben ser atendidas por el Estado Nacionalsindicalista, promoviendo la legislación que impida su deterioro o destrucción. La investigación científica y la educación ecológica deben ser objetos prioritarios de la acción del Gobierno.
24. proclamaremos el derecho de los españoles a disponer de todos los medios públicos y privados para que, a través de una política sanitaria integral, alcancen la plena satisfacción de las necesidades humanas remediables.
FAMILIA. MUNICIPIO. SINDICATO.
25. La familia, el municipio y el sindicato son las entidades naturales de convivencia en las que se basa nuestra concepción del Estado, que proclamará en su ordenamiento jurídico la integridad de la familia, la autonimía del municipio y la personificación de la sociedad mediante la estructura sindical, como instituciones fundamentales del Estado nacionalsindicalista y cauce único de representación y participación del pueblo.
26. La protección de la familia, su prosperidad, el acrecentamiento de su nivel de vida y del lícito disfrute de los bienes y la defensa del patrimonio familiar serán objetivos preferentes del Estado nacionalsindicalista.
27. El municipio es una entidad natural básica, plural y autónoma, capaz de resolver los problemas de los vecinos. Como uno de los fundamentos del Estado, ha de intervenir directamente en su composición. A nuestro municipio le corresponderá la máxima autonomía política y financiera, dentro de su ámbito, supeditada a la realidad natural de España. Los municipios podrán asociarse en instituciones y mancomunidades de todo orden que seean necesarios para el cumplimiento de sus fines.
28. El sindicato, basado en la empresa nacionalsindicalista, es el instrumento de racionalización técnica y económica de la rama de producción correspondiente, y ejercerá su representación, hasta los más altos niveles, a los efectos de lograr los fines propios de la sociedad que conforma. (tesis joseantoniana).
26. La protección de la familia, su prosperidad, el acrecentamiento de su nivel de vida y del lícito disfrute de los bienes y la defensa del patrimonio familiar serán objetivos preferentes del Estado nacionalsindicalista.
27. El municipio es una entidad natural básica, plural y autónoma, capaz de resolver los problemas de los vecinos. Como uno de los fundamentos del Estado, ha de intervenir directamente en su composición. A nuestro municipio le corresponderá la máxima autonomía política y financiera, dentro de su ámbito, supeditada a la realidad natural de España. Los municipios podrán asociarse en instituciones y mancomunidades de todo orden que seean necesarios para el cumplimiento de sus fines.
28. El sindicato, basado en la empresa nacionalsindicalista, es el instrumento de racionalización técnica y económica de la rama de producción correspondiente, y ejercerá su representación, hasta los más altos niveles, a los efectos de lograr los fines propios de la sociedad que conforma. (tesis joseantoniana).
JUVENTUD Y EDUCACIÓN
29. Es preciso orientar la actitud crítica de los jóvenes que cuestionan los cerrados e injustos esquemas establecidos, no hacia el actual desentendimiento, sino hacia el compromiso con la nueva sociedad.
La revolución nacionalsindicalista es tarea de todos y la juventud estará en la vanguardia cultural, social, política y espiritual de España.
Nuestra concepción del Estado ético y orgánico exige que este sea garante de una educación integral de la juventud desde valores conformadores de la personalidad humana (libertad, dignidad e integridad), reconociéndole y exigiéndole, mediante un compromiso responsable y continuado, su necesario protagonismo en el quehacer de España.
30. Defenderemos la obligatoriedad de la enseñanza en sus primeros niveles y la gratuidad de la misma en todos ellos, fomentando una política de igualdad para todos, de acuerdo con sus capacidades personales, y sin tener en cuenta la posición económica, familiar o social de cada uno.
31. Creemos en la dignidad profesional de los estudiantes y, en consecuencia, promulgaremos un Estatuto Jurídico propio que contemple sus derechos y deberes, y especialmente el de sindicación. Así mismo, fomentaremos la integración del estudiante en las estructuras económicas productivas de la sociedad.
32. Concebimos a la Universidad como centro de formación, de investigación, de cultura, de transformación y de avance social, estrechamente interrelacionada con la sociedad.
Defenderemos la autonomía universitaria, sin perjuicio de la necesaria coordinación a través de un marco normativo global, que al mismo tiempo garantice la ineludible vinculación de la Universidad con todas las estructuras del Estado nacionalsindicalista.
La revolución nacionalsindicalista es tarea de todos y la juventud estará en la vanguardia cultural, social, política y espiritual de España.
Nuestra concepción del Estado ético y orgánico exige que este sea garante de una educación integral de la juventud desde valores conformadores de la personalidad humana (libertad, dignidad e integridad), reconociéndole y exigiéndole, mediante un compromiso responsable y continuado, su necesario protagonismo en el quehacer de España.
30. Defenderemos la obligatoriedad de la enseñanza en sus primeros niveles y la gratuidad de la misma en todos ellos, fomentando una política de igualdad para todos, de acuerdo con sus capacidades personales, y sin tener en cuenta la posición económica, familiar o social de cada uno.
31. Creemos en la dignidad profesional de los estudiantes y, en consecuencia, promulgaremos un Estatuto Jurídico propio que contemple sus derechos y deberes, y especialmente el de sindicación. Así mismo, fomentaremos la integración del estudiante en las estructuras económicas productivas de la sociedad.
32. Concebimos a la Universidad como centro de formación, de investigación, de cultura, de transformación y de avance social, estrechamente interrelacionada con la sociedad.
Defenderemos la autonomía universitaria, sin perjuicio de la necesaria coordinación a través de un marco normativo global, que al mismo tiempo garantice la ineludible vinculación de la Universidad con todas las estructuras del Estado nacionalsindicalista.
REVOLUCIÓN
33. Concebimos la Revolución nacionalsindicalista como un conjunto armónico, capaz de satisfacer el triple anhelo de la persona: el espiritual, que es la fiel realización del sentido cristiano de la vida; el nacional, que es lograr la unidad de destino y la fortaleza de españa, y el social, que es conseguir la hermandad de los hombres mediante la efectiva justicia entre los diversos sectores de la sociedad española.
Nuestra Revolución, asentada en los anteriores principios que conforman el nacionalsindicalismo, quiere convertirse en el vértice de futuro de un mundo, hoy caduco, con ideas viejas, que resurgirá pleno de fecundidad, alumbrando una sociedad nueva.
A TODOS LOS AFILIADOS A FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.0.N.S.
Cumplido el circunstancial deber de contribuir con nuestras fuerzas a la derrota del movimiento antiespañol, ya casi vencido, es de vida o muerte para nosotros salvar a todo trance, de entre la turbiedad que amenaza, el rigor de un estilo y una doctrina. Urge, pues, que todos los afiliados a nuestro Movimiento se apliquen desde ahora, con entusiasmo y diligencia máximos, a divulgar por todas partes la afirmación rotunda de las disposiciones siguientes:
1 Contra la confusión.
La victoria sobre un movimiento separatista puede llenar de jugo histórico y nacional un período de medio siglo. Pero ello necesita que las manos victoriosas sean capaces de extraer ese jugo y que la mente de los vencedores albergue, inequívoco, el sentido profundo de otra España. No confiamos en que eso ocurra. El estilo más que trasnochado de quienes gobiernan, el tono conservador, egoísta y antiheroico de los partidos hoy agrupados en el Poder, justifican la previsión de que todo se desperdicie. La fecha del 7 de octubre, que pudo ser inaugural, se perderá en la espera mezcolanza de otras fechas mediocres. Populistas, radicales demócratas y agrarios se las ingeniarán para no deducir del instante ninguna consecuencia heroica. El tesoro del sentido español que encierra la victoria sobre el separatismo se gastará en la calderilla de las "sesiones patrióticas", de las acciones de gracias al Gobierno y de las afianzas de las gentes de orden. Nuestra juventud, terminantemente, se abstendrá de participar en tales mojigangas. En el altivo aislamiento de ayer y de siempre, guardará intacta la virtud espiritual de la reconquista para cuando llegue, ni mediatizada ni compartida, la total victoria.
2. "Contra el orden". iAviso!
Ya se barrunta que la primera consecuencia apetecible de lo ocurrido es, para las gentes llamadas de derechas, "el restablecimiento del orden". Ninguno de nuestros militantes, pasados los momentos de lucha, participará en semejante empresa. Nosotros queremos el orden, pero "otro orden" diferente hasta la raíz. El régimen social imperante, que es, por de pronto, lo que se ha salvado de la revolución, nos parece ESENCIALMENTE INJUSTO. Hemos estado contra la revolución por lo que tenía de marxista y antiespañola; pero no vamos a ocultar que en la desesperación de las masas socialistas, sindicalistas y anarquistas hay una profunda razón en que participamos del todo. Nadie supera nuestra ira y nuestro asco contra un orden social conservador del hambre de masas enormes y tolerante con la dorada ociosidad de unos pocos. Todos nuestros afiliados lo proclamarán en todas partes y ajustarán su conducta a esta norma estricta: tras del silencio del último fusil de la revuelta, toda cooperación con los "elementos de orden" queda expresamente prohibida. Nadie que pertenezca a la Falange podrá intervenir en "agrupaciones ciudadanas", "comités de enlace" ni ninguna otra cosa de ese estilo.
3. Contra la componenda.
Ya se barrunta –y ello no es sino nota específica dentro de la general tendencia a la confusión– que los sucesos revolucionarios van a carecer del final neto y escueto ineludible.
Empiezan al mismo tiempo los preparativos de impunidad para los directores de la revolución, las seguridades de pervivencia para el Estatuto de Cataluña y las negociaciones de arreglo con los Sindicatos socialistas, a los que el Gobierno confía en "amaestrar" gracias a la mediación del profesor Besteiro.
Ni uno solo de nuestros militantes se considerará exento del deber de hacer campaña contra tales cosas. Exigimos penas decisivas para los verdaderos jefes políticos del movimiento; hay cosas que sólo pueden terminar decorosamente en tragedia y que se ensucian y envilecen desenlazadas en pantomima. Exigimos la derogación total del Estatuto de Cataluña: una Cataluña purgada de propósitos separatistas podrá aspirar, como las otras regiones de España, a ciertas reformas descentralizadoras; pero la breve experiencia del Estatuto lo ha acreditado como estufa para el cultivo del separatismo; conservarlo después de semejante demostración sólo puede ser obra de traidores. Exigimos, por último, al mismo tiempo que una revolución completa en lo social y económico, la disección implacable de cuantos fondos turbios esconden la U.G.T. y el partido socialista; nos parece indecente escamotear esa implacable fiscalización tras una contrata de la tranquilidad pública con los socialistas moderados.
4. Contra el sacrificio de las fuerzas armadas.
Con mucha más unción de la que cabe en los "homenajes públicos" en cierne, nosotros hemos de compartir en estos días la emoción orgullosa y silenciosa de nuestro Ejército, de nuestra Marina, de nuestra Guardia Civil, de nuestra Guardia de Asalto, de nuestros Carabineros, de nuestras fuerzas de Vigilancia y Seguridad. Ellas han soportado las consecuencias de una necia política que permite formar tempestades para que descarguen, al fin, siempre sobre los mismos hombros sufridos. Nuestras fuerzas armadas se han clareado de mártires en estos días. Han sufrido, además, el espectáculo horrendo de sus mujeres y de sus hijos atormentados. Ni el terror, ni la debilidad, ni la indisciplina hallaron albergue, no obstante, bajo los uniformes. La sangre militar se ha derrochado en desagravio a España por las culpas y las traiciones de los otros.
Las armas de España necesitan más que elogios verbales y ceremonias. Necesitan justicia. Ya los Tribunales de Guerra vuelven, como siempre, su severidad contra los que flaquearon o traicionaron en las propias filas marciales. Ahora, que no queden impunes los culpables verdaderos, los políticos, que por sustanciar sus despechos o lograr sus codicias, desataron el caudal irreparable de tanta y tan buena sangre española. Sea la FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.0.N.S. la que con voz más recia y sincera supla, en demanda de justicia, la voz, enmudecida por el deber, de los Institutos armados.
Estas consignas serán dadas a conocer urgentemente por las Jefaturas territoriales, provinciales y de las J.0.N.S. a todos los afiliados del Movimiento, con instrucción terminante de que las conserven y divulguen. Los jefes vigilarán la exacta sumisión a ellas por parte de todos, y comunicarán a esta Jefatura los nombres de los infractores, si los hubiera, para la adopción de las medidas oportunas.
¡Arriba España!
El jefe,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Madrid, 13 de octubre de 1934.
F.E. DE LAS J.0.N.S., A ESPAÑA
Otra vez, como tantas en los últimos tiempos, vuelven a ponerse en azar los destinos de España. Se dijera que pesa sobre nuestra Patria la maldición de no llegar a ser una realidad, siempre en período de borrador inseguro.
Cada vez que ha parecido entreverse el resurgimiento de una común aspiración nacional, pronto lo ha frustrado la pugna de unos partidos contra otros. La última vez fue el 14 de abril de hace tres años; entonces, a costa de la pérdida –lamentada por muchos– de una institución milenaria, pareció levantarse a los ojos de casi todos una coyuntura de alegre esperanza colectiva. El movimiento del 14 de abril era, en apariencia, portador de las dos cosas que España necesita apremiantemente: un optimismo nacional integrador de todos en la fe de un mismo destino, y una justicia social rectificadora de las condiciones inhumanas de vida en que vegeta gran parte de nuestras gentes proletarias.
Pronto se apartaron los Gobiernos del primero de esos principios. Lo que pudo ser un régimen nacional se convirtió en régimen de secta, inhospitalario y rencoroso. Y apenas terminada esa época, cuando el Gobierno Lerroux y las derechas que le asistían anunciaban poner fin a la política de secta, no hicieron otra cosa que frustrar del todo el otro punto esencial de la República: el de la justicia social. La República en manos del Gobierno Lerroux vino a convertirse en un régimen burgués idéntico al que imperaba en 1921.
Ha sido inútil que la Falange Española de las J.0.N.S. alzara su voz reiteradamente contra un sistema político que juega con la Patria en una contradanza alternativa de derechas e izquierdas. Ha sido inútil repetir que el destino y el interés patrios son siempre los mismos y no pueden mirarse desde la derecha ni desde la izquierda, sino en toda su integridad. Pese a tales predicaciones, los partidos de izquierda se han esforzado en calumniamos, presentándonos, a sabiendas de que mentían, como defensores de un sistema capitalista que consideramos detestable, y las gentes de derecha han preferido agruparse alrededor de los jefes que presentaban programas más cómodos, aunque sacrificasen a la comodidad de tales programas toda emoción juvenil, española y profunda.
Como de costumbre, los que han querido ser más listos se han acreditado de insuperablemente torpes. Gracias a la sabiduría política, al juego parlamentario y a todas esas cosas en que aún tienen algunos puesta su fe, se encuentra España en una de las situaciones más confusas que se recuerdan: en la situación paradójica de que la fuerza material suficiente para cohibir incluso a los primeros poderes del Estado, se halle en manos de quienes disponen de una mínima representación parlamentaria, mientras detrás de la mayoría parlamentaria y de los partidos mejor dotados de medios para ganar elecciones y organizar paradas espectaculares, no hay sino debilidad y falta de fe.
Falange Española de las J.0.N.S. no tiene nada que hacer directamente en este caos donde ha metido a España la descomposición, cada vez más hedionda, de un sistema político agonizante. Pero quiere, para salvar su responsabilidad y segura de que aún no se ha perdido todo, dirigirse al pueblo de España con su desesperado llamamiento: ¡Españoles! Basta de Parlamento y de política oscura. Basta de izquierdas y de derechas. Basta de egoísmos capitalistas y de indisciplina proletaria. Ya es hora de que España, unida, fuerte y rebelta, recobre el timón de sus grandes destinos. Eso quiere y para eso os llama a todos la Falange Española de las J.0.N.S. Estudiantes, campesinos, trabajadores, labradores, gentes mozas de cuerpo y de espíritu: desdeñad los llamamientos que os lanzan, desde un lado, el odio, y desde otro lado, el egoísmo y la pereza, y agrupaos bajo nuestra bandera, que es la bandera libertadora de la revolución nacionalsindicalista.
(F.E., núm. 12, 26 de abrii de 1934)
Nuestra Revolución, asentada en los anteriores principios que conforman el nacionalsindicalismo, quiere convertirse en el vértice de futuro de un mundo, hoy caduco, con ideas viejas, que resurgirá pleno de fecundidad, alumbrando una sociedad nueva.
MANIFIESTO
A LA FALANGE 1934 (Sobre el Golpe de Estado Socialista-Separatista)
A TODOS LOS AFILIADOS A FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.0.N.S.
Cumplido el circunstancial deber de contribuir con nuestras fuerzas a la derrota del movimiento antiespañol, ya casi vencido, es de vida o muerte para nosotros salvar a todo trance, de entre la turbiedad que amenaza, el rigor de un estilo y una doctrina. Urge, pues, que todos los afiliados a nuestro Movimiento se apliquen desde ahora, con entusiasmo y diligencia máximos, a divulgar por todas partes la afirmación rotunda de las disposiciones siguientes:
1 Contra la confusión.
La victoria sobre un movimiento separatista puede llenar de jugo histórico y nacional un período de medio siglo. Pero ello necesita que las manos victoriosas sean capaces de extraer ese jugo y que la mente de los vencedores albergue, inequívoco, el sentido profundo de otra España. No confiamos en que eso ocurra. El estilo más que trasnochado de quienes gobiernan, el tono conservador, egoísta y antiheroico de los partidos hoy agrupados en el Poder, justifican la previsión de que todo se desperdicie. La fecha del 7 de octubre, que pudo ser inaugural, se perderá en la espera mezcolanza de otras fechas mediocres. Populistas, radicales demócratas y agrarios se las ingeniarán para no deducir del instante ninguna consecuencia heroica. El tesoro del sentido español que encierra la victoria sobre el separatismo se gastará en la calderilla de las "sesiones patrióticas", de las acciones de gracias al Gobierno y de las afianzas de las gentes de orden. Nuestra juventud, terminantemente, se abstendrá de participar en tales mojigangas. En el altivo aislamiento de ayer y de siempre, guardará intacta la virtud espiritual de la reconquista para cuando llegue, ni mediatizada ni compartida, la total victoria.
2. "Contra el orden". iAviso!
Ya se barrunta que la primera consecuencia apetecible de lo ocurrido es, para las gentes llamadas de derechas, "el restablecimiento del orden". Ninguno de nuestros militantes, pasados los momentos de lucha, participará en semejante empresa. Nosotros queremos el orden, pero "otro orden" diferente hasta la raíz. El régimen social imperante, que es, por de pronto, lo que se ha salvado de la revolución, nos parece ESENCIALMENTE INJUSTO. Hemos estado contra la revolución por lo que tenía de marxista y antiespañola; pero no vamos a ocultar que en la desesperación de las masas socialistas, sindicalistas y anarquistas hay una profunda razón en que participamos del todo. Nadie supera nuestra ira y nuestro asco contra un orden social conservador del hambre de masas enormes y tolerante con la dorada ociosidad de unos pocos. Todos nuestros afiliados lo proclamarán en todas partes y ajustarán su conducta a esta norma estricta: tras del silencio del último fusil de la revuelta, toda cooperación con los "elementos de orden" queda expresamente prohibida. Nadie que pertenezca a la Falange podrá intervenir en "agrupaciones ciudadanas", "comités de enlace" ni ninguna otra cosa de ese estilo.
3. Contra la componenda.
Ya se barrunta –y ello no es sino nota específica dentro de la general tendencia a la confusión– que los sucesos revolucionarios van a carecer del final neto y escueto ineludible.
Empiezan al mismo tiempo los preparativos de impunidad para los directores de la revolución, las seguridades de pervivencia para el Estatuto de Cataluña y las negociaciones de arreglo con los Sindicatos socialistas, a los que el Gobierno confía en "amaestrar" gracias a la mediación del profesor Besteiro.
Ni uno solo de nuestros militantes se considerará exento del deber de hacer campaña contra tales cosas. Exigimos penas decisivas para los verdaderos jefes políticos del movimiento; hay cosas que sólo pueden terminar decorosamente en tragedia y que se ensucian y envilecen desenlazadas en pantomima. Exigimos la derogación total del Estatuto de Cataluña: una Cataluña purgada de propósitos separatistas podrá aspirar, como las otras regiones de España, a ciertas reformas descentralizadoras; pero la breve experiencia del Estatuto lo ha acreditado como estufa para el cultivo del separatismo; conservarlo después de semejante demostración sólo puede ser obra de traidores. Exigimos, por último, al mismo tiempo que una revolución completa en lo social y económico, la disección implacable de cuantos fondos turbios esconden la U.G.T. y el partido socialista; nos parece indecente escamotear esa implacable fiscalización tras una contrata de la tranquilidad pública con los socialistas moderados.
4. Contra el sacrificio de las fuerzas armadas.
Con mucha más unción de la que cabe en los "homenajes públicos" en cierne, nosotros hemos de compartir en estos días la emoción orgullosa y silenciosa de nuestro Ejército, de nuestra Marina, de nuestra Guardia Civil, de nuestra Guardia de Asalto, de nuestros Carabineros, de nuestras fuerzas de Vigilancia y Seguridad. Ellas han soportado las consecuencias de una necia política que permite formar tempestades para que descarguen, al fin, siempre sobre los mismos hombros sufridos. Nuestras fuerzas armadas se han clareado de mártires en estos días. Han sufrido, además, el espectáculo horrendo de sus mujeres y de sus hijos atormentados. Ni el terror, ni la debilidad, ni la indisciplina hallaron albergue, no obstante, bajo los uniformes. La sangre militar se ha derrochado en desagravio a España por las culpas y las traiciones de los otros.
Las armas de España necesitan más que elogios verbales y ceremonias. Necesitan justicia. Ya los Tribunales de Guerra vuelven, como siempre, su severidad contra los que flaquearon o traicionaron en las propias filas marciales. Ahora, que no queden impunes los culpables verdaderos, los políticos, que por sustanciar sus despechos o lograr sus codicias, desataron el caudal irreparable de tanta y tan buena sangre española. Sea la FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.0.N.S. la que con voz más recia y sincera supla, en demanda de justicia, la voz, enmudecida por el deber, de los Institutos armados.
Estas consignas serán dadas a conocer urgentemente por las Jefaturas territoriales, provinciales y de las J.0.N.S. a todos los afiliados del Movimiento, con instrucción terminante de que las conserven y divulguen. Los jefes vigilarán la exacta sumisión a ellas por parte de todos, y comunicarán a esta Jefatura los nombres de los infractores, si los hubiera, para la adopción de las medidas oportunas.
¡Arriba España!
El jefe,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Madrid, 13 de octubre de 1934.
UN
MANIFIESTO A ESPAÑA
F.E. DE LAS J.0.N.S., A ESPAÑA
Otra vez, como tantas en los últimos tiempos, vuelven a ponerse en azar los destinos de España. Se dijera que pesa sobre nuestra Patria la maldición de no llegar a ser una realidad, siempre en período de borrador inseguro.
Cada vez que ha parecido entreverse el resurgimiento de una común aspiración nacional, pronto lo ha frustrado la pugna de unos partidos contra otros. La última vez fue el 14 de abril de hace tres años; entonces, a costa de la pérdida –lamentada por muchos– de una institución milenaria, pareció levantarse a los ojos de casi todos una coyuntura de alegre esperanza colectiva. El movimiento del 14 de abril era, en apariencia, portador de las dos cosas que España necesita apremiantemente: un optimismo nacional integrador de todos en la fe de un mismo destino, y una justicia social rectificadora de las condiciones inhumanas de vida en que vegeta gran parte de nuestras gentes proletarias.
Pronto se apartaron los Gobiernos del primero de esos principios. Lo que pudo ser un régimen nacional se convirtió en régimen de secta, inhospitalario y rencoroso. Y apenas terminada esa época, cuando el Gobierno Lerroux y las derechas que le asistían anunciaban poner fin a la política de secta, no hicieron otra cosa que frustrar del todo el otro punto esencial de la República: el de la justicia social. La República en manos del Gobierno Lerroux vino a convertirse en un régimen burgués idéntico al que imperaba en 1921.
Ha sido inútil que la Falange Española de las J.0.N.S. alzara su voz reiteradamente contra un sistema político que juega con la Patria en una contradanza alternativa de derechas e izquierdas. Ha sido inútil repetir que el destino y el interés patrios son siempre los mismos y no pueden mirarse desde la derecha ni desde la izquierda, sino en toda su integridad. Pese a tales predicaciones, los partidos de izquierda se han esforzado en calumniamos, presentándonos, a sabiendas de que mentían, como defensores de un sistema capitalista que consideramos detestable, y las gentes de derecha han preferido agruparse alrededor de los jefes que presentaban programas más cómodos, aunque sacrificasen a la comodidad de tales programas toda emoción juvenil, española y profunda.
Como de costumbre, los que han querido ser más listos se han acreditado de insuperablemente torpes. Gracias a la sabiduría política, al juego parlamentario y a todas esas cosas en que aún tienen algunos puesta su fe, se encuentra España en una de las situaciones más confusas que se recuerdan: en la situación paradójica de que la fuerza material suficiente para cohibir incluso a los primeros poderes del Estado, se halle en manos de quienes disponen de una mínima representación parlamentaria, mientras detrás de la mayoría parlamentaria y de los partidos mejor dotados de medios para ganar elecciones y organizar paradas espectaculares, no hay sino debilidad y falta de fe.
Falange Española de las J.0.N.S. no tiene nada que hacer directamente en este caos donde ha metido a España la descomposición, cada vez más hedionda, de un sistema político agonizante. Pero quiere, para salvar su responsabilidad y segura de que aún no se ha perdido todo, dirigirse al pueblo de España con su desesperado llamamiento: ¡Españoles! Basta de Parlamento y de política oscura. Basta de izquierdas y de derechas. Basta de egoísmos capitalistas y de indisciplina proletaria. Ya es hora de que España, unida, fuerte y rebelta, recobre el timón de sus grandes destinos. Eso quiere y para eso os llama a todos la Falange Española de las J.0.N.S. Estudiantes, campesinos, trabajadores, labradores, gentes mozas de cuerpo y de espíritu: desdeñad los llamamientos que os lanzan, desde un lado, el odio, y desde otro lado, el egoísmo y la pereza, y agrupaos bajo nuestra bandera, que es la bandera libertadora de la revolución nacionalsindicalista.
(F.E., núm. 12, 26 de abrii de 1934)
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